Stelarbot: robot chileno transforma la ingeniería espacial en inclusión laboral

El futuro del trabajo y la tecnología en Chile acaba de converger en un punto inesperado: la inclusión. Stelarbot no es solo el primer robot de teleoperación desarrollado íntegramente en el país; es, ante todo, un manifiesto tecnológico que busca derribar las barreras históricas que han segregado a miles de chilenos. Este autómata, diseñado para ser controlado a distancia por personas con discapacidad, propone una revolución silenciosa que trasciende los pasillos de su laboratorio de origen para instalarse en el epicentro de la estrategia aeroespacial nacional.

El proyecto, que ha catalizado una alianza inédita entre la academia, la defensa y la rehabilitación social, fue gestado en el Laboratorio de Emprendimiento e Innovación del Departamento de Ingeniería Industrial de la Universidad de Santiago de Chile (Usach). Su desarrollo cuenta con el respaldo estratégico de la Fuerza Aérea de Chile (FACH) y la experiencia de la Fundación Teletón, configurando un ecosistema de alta complejidad cuyo objetivo final es simple y profundo: habilitar empleo real y significativo. La trascendencia de esta colaboración fue reconocida por la entonces ministra de Defensa, Adriana Delpiano, al presentar públicamente los avances como un hito de innovación con profunda repercusión social.

Este robot llega en un momento de urgencia social y regulatoria. A pesar de la existencia de la Ley 21.015 (Ley de Inclusión Laboral), las cifras de empleabilidad para personas con discapacidad (PDD) en Chile siguen siendo una deuda pendiente. De acuerdo con datos recientes de la Subsecretaría del Trabajo, la tasa de desempleo entre las PDD en edad y condición de trabajar es abrumadora, y el empleo formal apenas alcanza el 5,8%. Stelarbot no busca simplemente cumplir una cuota, sino crear un nicho de empleo cualificado que capitalice el talento y la experiencia de los operadores, transformando una desventaja física en una capacidad digital de vanguardia.

La robótica como puente hacia la autonomía laboral

Fabricado en un cien por ciento con ingeniería nacional, el robot Stelarbot encarna la definición de tecnología de apoyo de alta gama. Su diseño permite que un operador humano, situado remotamente, obtenga una inmersión sensorial completa, viendo y escuchando con claridad todo lo que el autómata experimenta en el mundo físico. Para lograr esta conexión fluida, Stelarbot fue equipado con un sistema de visión total que integra cámaras de 180 grados y sensores de percepción avanzados. Esta capacidad de observación es vital para su rol futuro, donde la precisión en la orientación será fundamental.

El verdadero salto cualitativo reside en la integración de la Inteligencia Artificial (IA). El robot no es un mero títere a control remoto. Su módulo de IA complementa la operación humana, permitiéndole operar en un «modo autónomo» capaz de reconocer instrucciones complejas y responder consultas sencillas a los visitantes. Esta sinergia entre el control remoto y la IA no solo optimiza el rendimiento del robot, sino que también reduce la carga cognitiva del operador, liberándolo para concentrarse en la interacción humana de valor.

La comunicación con el público es uno de sus pilares. Stelarbot posee una estructura superior que incluye una pantalla y un sistema de voz que le permiten interactuar con las personas en tiempo real, humanizando su presencia. En el plano de la movilidad, su cuerpo está dotado de un sistema de ruedas y sensores que garantizan un desplazamiento seguro, permitiéndole identificar y sortear obstáculos de manera eficaz en entornos complejos y concurridos, como el gran hall donde prestará servicios.

De Cerrillos a la órbita: el hogar de Stelarbot

El destino asignado a Stelarbot subraya su estatus como innovación estratégica: será el guía y anfitrión en el futuro Centro Espacial Nacional (CEN) de la FACH. Este contexto es crucial, pues el CEN no es un museo, sino el motor de la soberanía tecnológica de Chile. Según reportes recientes del Ministerio de Defensa y la FACH, las obras del CEN, ubicado en Cerrillos, muestran un avance superior al 85% y su inauguración está proyectada para finales de 2025. Este centro albergará la fabricación de satélites y se consolidará como un polo de investigación y desarrollo geoespacial, tal como se ha destacado en las comunicaciones oficiales de la Dirección Espacial.

Que la primera misión formal de un robot de teleoperación inclusiva sea en un recinto dedicado a la alta ciencia y la defensa reafirma el mensaje de que la discapacidad no es una limitación para participar en los proyectos más ambiciosos del país. En su etapa inicial, las funciones de Stelarbot en el CEN incluirán recorrer y patrullar el hall, orientar a los visitantes sobre las exhibiciones espaciales, entregar información detallada sobre las distintas áreas de investigación y servir como canal de interacción directo entre el público y el operador remoto.

Pero quizás el aspecto más inspirador del proyecto Stelarbot es su metodología de diseño. La ingeniería y la rehabilitación se fusionaron desde el inicio, asegurando una perspectiva de usabilidad real. El sistema de mando y los controles no se idearon en el vacío de un laboratorio; fueron cocreados y probados por sus futuros usuarios. Kevin y Gonzalo, dos jóvenes usuarios de la Teletón, han colaborado activamente en el proyecto, aportando su vivencia sobre accesibilidad y usabilidad, garantizando que el diseño responda a las necesidades concretas de personas con movilidad reducida.

La ingeniería al servicio de la experiencia humana

La integración del expertise de Teletón con la rigurosidad técnica de la Usach ha permitido que la experiencia del operador sea tan prioritaria como el rendimiento del robot. Este modelo de co-diseño inclusivo marca una pauta sobre cómo las políticas de innovación pueden y deben abordar las brechas sociales, moviendo el foco desde la «asistencia» hacia la «habilitación profesional».

El potencial de este desarrollo va más allá de su primera misión en Cerrillos. El diseño contempla expansiones futuras, lo que sugiere que Stelarbot podría asumir tareas más complejas, incluso en sectores industriales o de servicios, donde la presencia física es un impedimento pero la capacidad cognitiva es esencial. Este robot chileno es, en esencia, un prototipo viable para una nueva economía de «teletrabajo robótico» que Chile podría exportar como modelo.

En última instancia, Stelarbot es un espejo de lo que la colaboración y la voluntad política pueden lograr. Es la prueba tangible de que la soberanía tecnológica no se mide solo en satélites o cohetes, sino en la capacidad de usar esa tecnología para resolver las problemáticas internas más profundas. Abre una ventana hacia un futuro donde la Fuerza Aérea de Chile no solo mira al espacio exterior, sino que, a través de la Usach y Teletón, mira hacia el interior del país para construir un ecosistema laboral más justo y avanzado, donde el talento no conoce de barreras físicas.

Pablo Ortiz
Pablo Ortiz

Periodista cultural. Cafeinómano y a veces esclavo del FOMO.