Riquezas ocultas: cómo la élite de América Latina evade miles de millones en impuestos

Una nueva y masiva filtración de documentos financieros ha rasgado el velo de opacidad que protege las fortunas de la élite latinoamericana, exponiendo una intrincada red de evasión fiscal, ocultamiento de activos y lavado de dinero que involucra a destacadas figuras de la política, los negocios y el entretenimiento. Bautizada como los «Archivos Soberanos» (The Sovereign Files) por el consorcio periodístico internacional que lidera la investigación, esta fuga de más de 13 millones de archivos promete desencadenar un terremoto político y social en toda la región, poniendo en jaque a gobiernos y reabriendo el debate sobre una desigualdad sistémica que se alimenta de la impunidad.
La investigación, fruto de la colaboración de más de 600 periodistas de 150 medios de comunicación en 117 países, se basa en documentos confidenciales de catorce bufetes de abogados y proveedores de servicios offshore con sede en paraísos fiscales como las Islas Vírgenes Británicas, Panamá y las Bahamas. Estos archivos, que abarcan desde correos electrónicos y hojas de cálculo hasta pasaportes y extractos bancarios, detallan con una precisión quirúrgica cómo se crean y gestionan sociedades fantasma (o shell companies) con el único propósito de esconder la verdadera identidad de los dueños de yates, mansiones, obras de arte y miles de millones de dólares en activos financieros, lejos del alcance de las autoridades fiscales de sus países de origen.
El mecanismo, aunque complejo en su ejecución, es brutalmente simple en su concepto: crear capas de anonimato. Una figura pública o un empresario de alto perfil contrata a un despacho especializado en estas jurisdicciones de baja o nula tributación. Este despacho crea una sociedad en un país, nombra a directores fiduciarios en otro y abre una cuenta bancaria en un tercero, creando un laberinto legal y financiero casi imposible de rastrear para las agencias tributarias de naciones con recursos limitados. Este sistema no solo facilita la evasión de impuestos, sino que también es el vehículo predilecto para blanquear capitales provenientes de la corrupción y otras actividades ilícitas.
De palacios presidenciales a paraísos fiscales
Los primeros reportajes, publicados simultáneamente por medios asociados como BBC Mundo y otros periódicos de referencia en América Latina, han comenzado a desvelar los nombres de los implicados, y la lista es explosiva. Figuran en ella al menos tres expresidentes, una docena de ministros y exministros, congresistas en activo, magnates de sectores estratégicos como la minería, la agroindustria y las telecomunicaciones, así como reconocidas estrellas del fútbol y la música. Aunque la creación de una sociedad offshore no es ilegal en sí misma, la investigación expone cómo muchas de estas estructuras fueron utilizadas para ocultar activos no declarados, evadir el pago de impuestos sobre la renta y el patrimonio, o mover fondos de origen sospechoso.
Según los análisis preliminares del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), la organización que coordinó la investigación, los documentos revelan patrones preocupantes. Por ejemplo, varios políticos de alto nivel crearon estas sociedades justo antes de asumir cargos públicos o mientras impulsaban leyes de amnistía fiscal en sus propios países. En otros casos, empresarios que obtuvieron lucrativos contratos con el Estado aparecen moviendo grandes sumas de dinero a estas cuentas opacas poco después de recibir los pagos gubernamentales, levantando serias sospechas de sobornos y malversación de fondos públicos.
El impacto económico de estas prácticas es devastador para una región que ya es la más desigual del planeta. Un informe reciente de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), aunque no está directamente relacionado con esta filtración, estima que la evasión y elusión fiscal le cuestan a la región más de 320 mil millones de dólares al año, una cifra que equivale a más del 6% de su PIB. Este dinero, que se fuga hacia la sombra de los paraísos fiscales, es el que falta para construir hospitales, equipar escuelas, mejorar la infraestructura y financiar programas sociales que podrían sacar a millones de personas de la pobreza.
Un golpe a la confianza pública y el desafío de la justicia
Más allá de la sangría económica, el escándalo de los «Archivos Soberanos» asesta un golpe mortal a la confianza pública en las instituciones. Revela una doble moral donde una élite política y económica exige sacrificios y austeridad a la ciudadanía mientras utiliza sofisticados esquemas para eludir sus propias obligaciones. Esta percepción de que existen dos sistemas de justicia —uno para los poderosos y otro para el resto— es un combustible altamente inflamable para la inestabilidad social y el auge de los populismos antisistema.
La reacción inicial de los gobiernos de la región ha sido un predecible cóctel de promesas de investigación y negaciones airadas por parte de los implicados. Las fiscalías de varios países han anunciado la apertura de investigaciones preliminares, pero el camino hacia la justicia es largo y lleno de obstáculos. La cooperación judicial internacional es lenta, la recuperación de activos es extremadamente compleja y los implicados cuentan con los recursos para financiar una defensa legal interminable. Los precedentes de filtraciones anteriores, como los Panama Papers, muestran que, si bien el daño reputacional es inmenso, las condenas penales efectivas son escasas.
Lo que los «Archivos Soberanos» dejan claro es que la evasión fiscal a gran escala no es un problema de manzanas podridas, sino el resultado de un sistema financiero global diseñado para facilitar la opacidad. Mientras existan jurisdicciones que venden el secreto como una mercancía y una industria de facilitadores —abogados, contadores y banqueros— dispuesta a explotar las lagunas legales, las fortunas seguirán fluyendo desde las arcas públicas de América Latina hacia la oscuridad de los paraísos fiscales. Esta investigación no es solo una colección de historias sobre la codicia individual; es un retrato de un sistema roto que perpetúa la desigualdad y socava la democracia.
