Nuevo estudio revela el origen del color rojo de Marte

Por años, la intensa tonalidad rojiza de Marte ha sido un enigma cósmico, un rasgo distintivo que le valió el apodo inmortal de «Planeta Rojo». Científicos de todo el mundo han dedicado incontables horas a desentrañar la causa de este color icónico. Hoy, gracias a una investigación pionera publicada en la prestigiosa revista Nature Communications, liderada por mentes brillantes de la Universidad Brown y la Universidad de Berna, podríamos estar al fin en la cúspide de una respuesta concreta, una que además nos conecta directamente con el pasado acuático del planeta vecino.
El estudio propone una hipótesis fascinante: el mineral de hierro rico en agua conocido como ferrihidrita podría ser el principal responsable del polvo rojizo que cubre la superficie marciana. Esta teoría desafía la concepción predominante que atribuía el color carmesí a la hematita, un mineral similar al óxido pero que se forma típicamente en condiciones más secas. El equipo de investigación llegó a esta conclusión tras un meticuloso análisis de datos recopilados por orbitadores y rovers marcianos, complementado con sofisticadas simulaciones de laboratorio.
Un misterio centenario bajo la lupa científica
«La pregunta fundamental de por qué Marte es rojo se ha planteado durante cientos, si no miles, de años», explica Adomas Valantinas, becario postdoctoral en Brown, quien inició esta investigación durante su doctorado en la Universidad de Berna. «A partir de nuestro análisis, creemos que la ferrihidrita está omnipresente en el polvo y probablemente también en las formaciones rocosas. No somos los primeros en considerar la ferrihidrita como la razón del color rojo de Marte, pero nunca se había probado de la manera en que lo hemos hecho ahora, utilizando datos de observación y métodos de laboratorio novedosos para crear esencialmente polvo marciano en el laboratorio».
La ferrihidrita, un óxido de hierro que se forma en entornos ricos en agua, está comúnmente asociada en la Tierra con procesos como la meteorización de rocas volcánicas y ceniza. Hasta ahora, su papel en la composición de la superficie marciana no se comprendía del todo. Sin embargo, este nuevo estudio sugiere que podría ser un componente crucial del manto de polvo que envuelve el planeta.
Agua helada como artífice del color rojo
Este hallazgo ofrece una pista tentadora sobre el pasado más húmedo y potencialmente habitable de Marte. A diferencia de la hematita, que generalmente se forma en condiciones más cálidas y secas, la ferrihidrita se crea en presencia de agua fría. Esto implica que Marte pudo haber albergado un entorno capaz de mantener agua líquida, un ingrediente esencial para la vida tal como la conocemos, y que experimentó una transición de un ambiente húmedo a uno seco hace miles de millones de años.
«Lo que queremos entender es el antiguo clima marciano y los procesos químicos en Marte, no solo los antiguos, sino también los presentes», señala Valantinas, quien trabaja en el laboratorio del científico planetario de Brown, Jack Mustard, autor principal del estudio. «Luego está la cuestión de la habitabilidad: ¿Hubo alguna vez vida? Para entender eso, necesitas comprender las condiciones que estaban presentes durante la formación de este mineral».
Evidencias orbitales y terrestres convergen en el laboratorio
La investigación se basó en un exhaustivo análisis de datos provenientes de múltiples misiones a Marte. Se combinaron observaciones orbitales del Mars Reconnaissance Orbiter de la NASA, el Mars Express y el Trace Gas Orbiter de la Agencia Espacial Europea (ESA), con mediciones a nivel del suelo realizadas por rovers como Curiosity, Pathfinder y Opportunity.
Los instrumentos a bordo de los orbitadores y rovers proporcionaron datos espectrales detallados de la polvorienta superficie del planeta. Estos hallazgos fueron meticulosamente comparados con experimentos de laboratorio, donde el equipo probó cómo interactúa la luz con partículas de ferrihidrita y otros minerales bajo condiciones marcianas simuladas.
El tamaño minúsculo del polvo marciano, clave en la investigación
«El polvo marciano es de tamaño muy pequeño, por lo que para realizar mediciones realistas y precisas simulamos los tamaños de partícula de nuestras mezclas para que coincidieran con los de Marte», explica Valantinas. «Utilizamos una avanzada máquina de molienda que redujo el tamaño de nuestra ferrihidrita y basalto a tamaños submicrónicos. El tamaño final era de 1/100 del grosor de un cabello humano, y los espectros de luz reflejada de estas mezclas proporcionan una buena coincidencia con las observaciones desde órbita y la superficie roja de Marte».
A pesar del entusiasmo generado por estos nuevos hallazgos, los investigadores reconocen que la confirmación definitiva solo llegará con el retorno de muestras marcianas a la Tierra, dejando la certeza absoluta sobre el misterio del pasado del Planeta Rojo aún fuera de nuestro alcance inmediato.
«El estudio es una oportunidad que abre puertas», afirma Mustard. «Nos brinda una mejor oportunidad para aplicar los principios de formación y condiciones minerales para retroceder en el tiempo. Sin embargo, lo que es aún más importante es el retorno de las muestras de Marte que está recolectando actualmente el rover Perseverance. Cuando las recuperemos, podremos verificar y ver si esto es correcto».