Israel recibe cuerpos de rehenes en Gaza en medio de tensión y bombardeos

El telón del conflicto en Gaza se ha levantado una vez más para exhibir un capítulo cargado de dolor y tensión diplomática. El Estado de Israel confirmó la recepción de dos féretros que, según el anuncio preliminar de la milicia Hamás, contendrían los cuerpos de dos rehenes israelíes fallecidos en el enclave palestino: Amiram Cooper, de 85 años, y Saher Baruch, de 25. Este intercambio macabro, mediado por el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), no solo reabre las heridas de las familias, sino que también subraya la fragilidad extrema de los acuerdos de alto el fuego en la región, marcados por las acusaciones mutuas de incumplimiento y la escalada de violencia reciente.
La oficina del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, oficializó la noticia a través de un comunicado conciso, detallando que el Ejército y las fuerzas de seguridad del Shin Bet recibieron los restos dentro de la Franja de Gaza. «De allí, serán transferidos a Israel, donde serán recibidos con honores militares por el rabino jefe del Ejército», precisó el documento. Este protocolo, que incluye una ceremonia de alto rango, busca honrar la memoria de los fallecidos y proporcionar un marco de solemnidad a una repatriación que se produce bajo las condiciones más adversas y sensibles. La identidad de los cuerpos, sin embargo, aún debe ser verificada formalmente.
El convoy militar que transporta los ataúdes ha cruzado ya a territorio israelí con destino al Instituto Nacional de Medicina Forense Abu Kabir, en Yaffa, al sur de Tel Aviv. Este es el último paso del proceso, donde se realizará la identificación forense oficial. El Ejército israelí ha instado a la cautela y respeto, pidiendo que se espere la verificación antes de la difusión de los nombres, asegurando que las familias serán las primeras en ser informadas. Este hermetismo es crucial para evitar la desinformación y proteger la dignidad de un proceso que ya es inherentemente traumático para los parientes de los cautivos.
Las sombras de una muerte premeditada
La entrega de estos cuerpos se vio empañada por un significativo retraso que Hamás atribuyó a los intensos bombardeos israelíes sobre Gaza. Las Brigadas Al Qasam, brazo armado del grupo, afirmaron haber localizado los cadáveres el martes (28.10.2025), pero pospusieron su entrega argumentando que la ofensiva aérea, que se extendió desde la tarde del martes hasta la mañana del miércoles, impedía la logística. La agencia de defensa civil de Gaza, por su parte, reportó una de las peores noches de bombardeos desde el inicio de la tregua, con más de un centenar de víctimas mortales, incluidos decenas de niños, según citas recogidas por RTVE.es.
El contexto de las muertes de Cooper y Baruch añade una capa de complejidad y amargura a la situación. Según reportes de medios israelíes, Amiram Cooper, un hombre de 85 años, habría perecido como consecuencia del colapso de un túnel provocado por bombardeos israelíes. Saher Baruch, el joven de 25 años, habría fallecido en medio de un fallido intento de rescate que el propio Ejército israelí debió reconocer en enero de 2024. Estas muertes, ocurridas en circunstancias ligadas directamente a las operaciones militares israelíes, refuerzan la posición de Hamás respecto a que los rehenes se encuentran en peligro constante debido a la campaña de ataques en la Franja.
La narrativa de Hamás no ha estado exenta de críticas por parte de Israel. Previamente, la facción islámica había generado una fuerte indignación en Jerusalén al devolver restos parciales de un prisionero que ya había sido repatriado años atrás, un acto que fue calificado como una «violación» del acuerdo de tregua. Israel acusa a Hamás de dilatar intencionalmente la entrega de los cuerpos, pese a que la milicia palestina insiste en que la localización de los restos, a menudo bajo las ruinas de una Franja arrasada por la guerra, es una labor ardua que requiere tiempo y, paradójicamente, una pausa sostenida en los enfrentamientos.
La batalla diplomática por los cuerpos
La devolución de los cuerpos es un elemento central y sensible en las negociaciones entre las partes, y se ha convertido en una pieza de la batalla diplomática en curso. Este último intercambio eleva a 17 el número de cuerpos de rehenes devueltos desde el inicio de la tregua acordada en octubre, de un total de 28 que Hamás se comprometió a entregar. La lentitud en el proceso es una fuente constante de tensión, con Israel presionando para acelerar las entregas y Hamás aduciendo dificultades logísticas, como la falta de maquinaria pesada para la remoción de escombros, tal como ha sido cubierto por agencias como EFE y AFP.
La situación en torno al manejo de los restos mortales se inscribe en un debate más amplio sobre el derecho internacional humanitario y la reciprocidad en el conflicto. Mientras el Protocolo I adicional a los Convenios de Ginebra establece la obligación de tratar los restos humanos con respeto y devolverlos a sus familias, Israel no es parte de este protocolo. De hecho, el Tribunal Supremo de Israel, en una decisión previa, respaldó la retención de restos de palestinos acusados de terrorismo como una posible «moneda de cambio» en futuras negociaciones para liberar a ciudadanos israelíes retenidos, según una nota del Diario Constitucional. Esta política de retención exacerba las complejidades en el proceso de duelo y repatriación para ambas partes.
La Comunidad Internacional, incluyendo a organizaciones humanitarias como Médicos Sin Fronteras (MSF), ha aprovechado estos momentos de intercambio para insistir en la necesidad de un acceso masivo de ayuda humanitaria a Gaza, cuya población civil vive bajo el espectro de la hambruna y la destrucción generalizada. La pausa en los combates, aunque precaria, es vista como la única ventana para atender la crisis humanitaria de proporciones catastróficas. El retorno de los cuerpos de Amiram Cooper y Saher Baruch, más allá de la confirmación forense, se erige como un lúgubre recordatorio del costo humano de una guerra que sigue sin ofrecer un camino claro hacia la paz.
 
	
